PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA – LA TIERRA DEL FUEGO
El Parque Nacional de Timanfaya es el corazón volcánico de Lanzarote, una extensión de más de 50 km² de paisajes áridos, cráteres y mares de lava formados por las erupciones de los siglos XVIII y XIX. Su aspecto casi lunar y su silencio absoluto hacen de este lugar un entorno único en el mundo.
Declarado Parque Nacional en 1974, Timanfaya representa la esencia más salvaje y primitiva de la isla. Aquí la naturaleza muestra su poder en estado puro: el calor todavía emana del suelo y el contraste de colores —negros, ocres, rojos y grises— crea un paisaje hipnótico e inolvidable.
El parque se formó tras las erupciones que cubrieron una cuarta parte de la isla entre 1730 y 1736. A día de hoy, el subsuelo alcanza temperaturas de más de 400 °C, lo que permite realizar demostraciones geotérmicas que muestran cómo la tierra aún conserva su energía interna.
El paisaje de Timanfaya no solo es un espectáculo visual, sino también un testimonio de la capacidad de Lanzarote para renacer tras la destrucción volcánica. Es, sin duda, el lugar más emblemático y simbólico de la isla.
GALERÍA DE IMÁGENES PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA
EXPLORA TIMANFAYA: EL CORAZÓN VOLCÁNICO DE LANZAROTE
La forma más espectacular de conocer Timanfaya es a través de la Ruta de los Volcanes, un recorrido en autobús por el interior del parque que muestra paisajes imposibles: campos de lava solidificada, conos volcánicos y cráteres de diferentes tonalidades. Es una experiencia visual impresionante.
En el centro del parque se encuentra el Islote de Hilario, donde los guías realizan demostraciones del calor subterráneo: se vierten cubos de agua que se transforman en géiseres de vapor en cuestión de segundos. Allí también se ubica el restaurante El Diablo, diseñado por César Manrique, donde los alimentos se cocinan con el calor natural del volcán.
Además del recorrido en autobús, se pueden realizar rutas guiadas a pie con cupo limitado, que permiten adentrarse en senderos menos transitados y disfrutar del silencio absoluto del paisaje. Es una oportunidad única para sentir la energía del volcán bajo tus pies.
Cerca del parque encontrarás otros puntos de interés como el Centro de Visitantes de Mancha Blanca, donde podrás aprender más sobre la geología, la flora y la fauna que han colonizado este terreno hostil. Las vistas panorámicas desde allí son espectaculares.
Consejo: lleva protección solar, agua y calzado cómodo. El parque abre todos los días del año, y la mejor hora para visitarlo es a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la luz realza los contrastes del paisaje.





