LOS HERVIDEROS Y SALINAS DE JANUBIO – EL ENCUENTRO ENTRE EL FUEGO Y EL MAR
En la costa suroeste de Lanzarote, entre El Golfo y Timanfaya, se encuentra uno de los espectáculos naturales más impresionantes de la isla: Los Hervideros. Aquí, las olas del Atlántico chocan con fuerza contra los acantilados de lava solidificada, creando un rugido constante y columnas de espuma que parecen hervir entre las rocas.
Muy cerca, las Salinas de Janubio ofrecen un contraste de calma y color. Este conjunto de estanques geométricos se tiñen de tonos rosados, blancos y dorados al atardecer, formando uno de los paisajes más bellos y fotografiados de Lanzarote.
Ambos lugares reflejan la dualidad de Lanzarote: la fuerza del fuego volcánico y la serenidad del mar. Los Hervideros fueron formados por las erupciones del siglo XVIII, cuando la lava llegó al océano y se solidificó en formas caprichosas. Hoy, los senderos y miradores permiten observar cómo el agua penetra en las cuevas naturales con una fuerza hipnótica.
A solo unos minutos, las Salinas de Janubio siguen produciendo sal de forma artesanal, manteniendo una tradición centenaria que da vida a uno de los paisajes más emblemáticos del suroeste de la isla.
GALERÍA DE IMÁGENES DE HERVIDEROS
QUÉ VER Y HACER EN LOS HERVIDEROS Y LAS SALINAS DE JANUBIO
En Los Hervideros podrás recorrer senderos perfectamente integrados en el paisaje volcánico. Los miradores ofrecen vistas privilegiadas del mar rompiendo sobre las cuevas naturales, un espectáculo especialmente sobrecogedor en días de oleaje fuerte.
A poca distancia, las Salinas de Janubio permiten disfrutar de una estampa completamente distinta. Puedes visitar el mirador o acercarte al centro de interpretación para conocer cómo se obtiene la sal de forma tradicional, utilizando únicamente el sol y el viento. Al atardecer, el paisaje se llena de reflejos dorados y rosados que cambian a cada minuto.
Si eres amante de la fotografía, este tramo costero es un paraíso visual. El contraste entre la lava negra, el blanco de la espuma del mar y los colores de las salinas ofrece una combinación de luz y textura única. Cada curva del camino es una nueva perspectiva del poder natural de Lanzarote.
Muy cerca también encontrarás pequeños puestos donde comprar sal artesanal o visitar el restaurante Mirador de Las Salinas, con vistas panorámicas. Es un lugar ideal para disfrutar de una comida tranquila y contemplar el atardecer sobre uno de los rincones más especiales de la isla.
Consejo: visita Los Hervideros al amanecer o al atardecer para ver los cambios de color en la roca. Lleva calzado cómodo y, si vas en época de viento, abrígate bien: la fuerza del Atlántico se siente aquí más viva que en ningún otro lugar de Lanzarote.






